*Lamentable normalizar el espionaje como herramienta de golpeteo político: Gloria Tapia*
-Censuró que la guerra sucia sea una vía tolerada por las autoridades para la denostación de adversarios políticos, en donde las víctimas generalmente son figuras públicas que se convierten en blanco de ataques para demeritarlas
Resulta lamentable que en México se busque normalizar el espionaje como una herramienta de golpeteo político, sin que se deslinden responsabilidades y los responsables sean sujetos a investigación, señaló la diputada Gloria Tapia Reyes, vicecoordinadora del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional en la LXXV Legislatura del Congreso del Estado.
La diputada por el Distrito de Zitácuaro, lamentó que la guerra sucia sea una vía tolerada por las autoridades para la denostación de adversarios políticos, en donde las víctimas generalmente son figuras públicas que se convierten en blanco de ataques para demeritarlas.
“Hoy día somos testigos de la frecuencia en que hechos de ilegalidad como el espionaje, generan verdades de ficción que se dan por hecho, sin importar su veracidad, y sin margen de defensa para quienes son víctimas de tales hechos”.
Gloria Tapia condenó los ataques de los que es objeto Alejandro Moreno Cárdenas, dirigente nacional del PRI, quien es víctima de espionaje, con la manipulación y alteración de conversaciones privadas, sacadas de contexto y con el único fin de dañarlo políticamente a él y a partido que encabeza.
“Es inconcebible que acciones ilegales, como lo es el espionaje, pretendan emplearse como verdades para afectar la trayectoria, reputación y honor de una persona; son hechos que no se pueden permitir porque trastocan nuestro Estado de Derecho y las garantías más elementales de toda persona”.
La legisladora consideró que es necesaria una revisión profunda del marco normativo, de manera que acciones ilícitas como el espionaje sean sancionadas de manera ejemplar, a fin de inhibir que se cometan una y otra vez.
Para Gloria Tapia es claro que el pretender acabar al contendiente, anular su voz socavando su reputación, no es propio de una democracia, por lo que las y los mexicanos deben ser actores vigilantes para que esto no suceda.