Morelia, Michoacán, a 9 de marzo de 2020.- Por muchos años, ‘Lupita’ sufrió violencia de género por parte de su entonces pareja. La violencia psicológica, sexual y económica que vivía, ocasionó que dejara de creer en ella misma y se olvidara de su poder personal para llevar las riendas de su vida.
Agotada, con baja autoestima, lastimada por quien un día juró amarla siempre, tomó la decisión de pedir ayuda, y tras acercarse al Centro de Justicia Integral para las Mujeres (CJIM) de la Fiscalía General de Justicia de Michoacán (FGE), inició el camino de recuperación que la dirigió hacia una de sus pasiones olvidadas y que después se convertiría en su sostén financiero: la danza.
Gisella Esmeralda Figueroa López, encargada de la Dirección de Empoderamiento del CJIM, explicó que el primero de los servicios integrales que se le brindó a ‘Lupita’ y a los cientos de usuarias que se acercan al centro, es el de la atención psicológica, la cual permite obtener información general para identificar el tipo de violencia que viven, y cuáles son las secuelas que ésta ha dejado.
“La atención de primer contacto que brindamos en el CJIM es la psicológica, y en muchos casos, la intervención en crisis. Un total de diez especialistas implementamos un protocolo estructurado para identificar el tipo o tipos de violencia que sufre una mujer y cuáles son las afectaciones; con base a ello, se genera un plan de empoderamiento que ofrezca a las usuarias diferentes opciones para recobrar su empoderamiento personal”, explicó.
Figueroa López mencionó que la atención psicológica se divide en dos partes: la individual y la grupal, siendo esta última la que permite a las mujeres conocer otros casos y experiencias, ayudándolas y motivándolas a continuar con la atención.
Cuando las usuarias dan un paso adelante a su atención psicológica, inicia el proceso de empoderamiento, que consta de planes, talleres y gestión interinstitucional para el empoderamiento económico, “cuando una mujer vive situación de violencia, sufre el arrebato de la toma de decisiones y tiene la creencia de que depende emocional y económicamente de su agresor, haciendo más difícil la decisión de dejar la relación, de ahí la importancia del empoderamiento y desarrollo de proyectos, que les permitan obtener ingresos”, explicó.
En los talleres que brinda el CJIM se valoran las aptitudes, talentos y virtudes para, a partir de ahí, desarrollar un proyecto de autoempleo; así fue el caso de ‘Lupita’, quien recordó su gusto y conocimientos de la danza, y con asesoría brindada en el Centro, logró la apertura de una academia de baile que se convirtió en su fuente de empleo.
“Hay quien sabe hacer salsas, bordar, pintar; todos estos talentos dirigidos, se convierten en oportunidad de trabajo e ingresos financieros, para aquellas mujeres que, gracias a su determinación, cierran un ciclo de violencia y les recuerda su poder personal y social”, finalizó la funcionaria, quien reiteró el compromiso del Fiscal General, Adrián López Solís, de garantizar atención integral a las mujeres que han sufrido violencia.
Cabe destacar que en 2019, el CJIM desarrolló 687 planes de empoderamiento, brindó 2 mil 74 sesiones psicológicas individuales y mil 818 de atención grupal a mujeres que acudieron a solicitar sus servicios.
